lunes, 27 de diciembre de 2010

No quiero SENTIR


Te conocí y realmente no sabía que querías de mi, te dirigiste hacia mi como otro de tus juegos de falso amor, porque vos ya no crees en el amor, entonces las mujeres somos para vos como piezas de ajedrez, jugas y apostas el todo por el todo pero solo una vez luego nos descartas.
Comencé a escuchar tu voz en cada rincón al que iba, tu imagen se empezó a multiplicar, empezaste a corresponder cada uno de mis pensamientos, me devolvías una sonrisa más bella que la otra en cada coincidencia que encontrábamos. Se comenzó a correr el velo que había en tu corazón y empezamos a hablar de personas, de recuerdos, de lugares, de sentimientos, el eterno niño que juega en tu interior se empezó a mostrar para mi; cuando ya no sabía que pensar me di cuenta que eras el motivo de mis sonrisas y mis desaso ciegos.
Y un día finalmente concretamos el primer beso, venciendo la tímides que tanto te persigue te acercaste a mi, y me tiraste contra un colchón de flores, mientras me ahogabas en besos y dulces melodías. Al principio sufrí, tuve miedo, tu perfección me hizo pensar que quizás, al cerrar los ojos te iba a perder instantáneamente, que no íbamos a encontrar lugar en el mundo para estar juntos. Porque todo un día se tuvo que resquebrajar, los miedos, las inseguridades que corren a la velocidad del oxigeno empezó a invadir mi cuerpo, comiendo cada ilusión, dejandome atónita en cada recuperación de espacio a mi favor, o en cada caída en el campo de juego que plantee como una relación de amor.
¿Por qué nuestros pasados debían mezclarse para condenar nuestro presente? Ella apareció como un fantasma que no puedo vencer, porque hay cosas que no puedo derrotar y me da miedo luchar y encontrar que la pared que decidiste construir a tu alrededor es irrompible.

Hoy, después de unos meses, me doy cuenta que te extraño. No sé que hacer con vos. Me da miedo alejarme, pero más débil me siento al acercarme. Me olvidé todo lo que aprendí cuando me decidía a darlo todo por amor (¿Es esto amor?). Pero es inevitable no desear dormir abrazada a tu esbelto y delgado cuerpo, mirar esos ojos inmensos, besar esa sonrisa cómplice, y detenerme ahí porque no necesito nada más de vos. No te pido nada, sólo un poco de amor.

"Aqui tratando de olvidar algo que está impregnado en mi pensar
Mirame a los ojos y dimelo otra vez, una vez más!
Hay canciones que a lo lejos podrás escuchar, y recordar...

Un beso al terminar el día,
despertar en la mañana y SENTIR la eternidad en nuestras vidas..."

martes, 23 de noviembre de 2010

Ser uno mismo, los dos


Hoy mi cuerpo volvió a sentir.
Un montón de sensaciones nuevas se entrecruzaron mientras yo ya perdía el sentido y la noción del tiempo, ya no le pedía a la vida volver a sentirme amada, me conformaba con ser un capricho fácil de consentir; puro deseo, nada de amor. Ya no creía que existía vida después de una noche de pasión, todos me enseñaron que me debían cortar las alas para poder amar, no tenía sentido lo que me pedían, por eso a ninguno terminé amando de verdad. Pero quizás si, amé a uno, pero al final del camino me di cuenta que no había amor en esa relación que no tenía pasado ni final.
Por eso me volví sobre mis pasos al verte a vos ¿cómo no te había visto antes? ¿Cómo no había visto esa sonrisa antes? Seguramente te vi, pero lo ignoré por completo, porque de tu brazo iba alguien que se interponía entre los dos, y que hoy al no estar, permitió que nos encontremos en este momento y en este lugar.
Creo que hace mucho que deseaba hablarte pero jamas me animé, esperé a que llegaras a mi, y después de eso empecé a pensar en vos, sí, no quería hacerlo, dije que me iba a alejar de la tentación pero no lo pude evitar, fue como que apretamos la tecla de comienzo justo, y después de iniciar aún no sabemos como parar. ¿Realmente quiero parar? No lo creo. Y es ahí cuando te vuelvo a mirar y en tus ojos encuentro tristeza, dolor, confusión, amor, ternura, y muchas palabras que reprimes en tu garganta para que no salgan jamás de ti. Aumenta el silencio y aumenta aún más la tentación, el beso es inevitable, y con el beso son inevitables las caricias, los abrazos... finalmente nos volvemos dos cuerpos entrelazados.
Mi cuerpo se vuelve a sentir vivo, sentimientos comienzan a recorrer cada punto de él y me dejan inquieta, nerviosa, torpe, y me invade la inseguridad. Es inevitable que me compare con la persona que más amaste, y es inevitable que en la charla posterior no te esté evaluando constantemente, pero sales ganando, definitivamente no tengo nada de que quejarme. Y luego un calor que quema en mi pecho e inunda de palabras incomprensibles mi boca, me preguntas que quiero decir pero no me animo. Aún no, hay tiempo para decirlas, debemos demostrarnos que nos vamos a hacer bien...
Debo convencerme de tener paciencia.


"Un tenue escalofrio se podía apreciar, nada sin solución, nada que les impida ver la puesta del sol, ser uno mismo los dos..."

miércoles, 27 de octubre de 2010

El primer momento


Sé que él está mirando su reloj porque hoy nos volveremos a ver, seguramente llegará temprano porque sabe que aunque yo llegue tarde, me molesta que me dejen esperando aunque sea un minuto. Mientras tanto yo miro a un lado y al otro del subte, quiero que se detenga de una vez en la estación terminal, me miro en mi pequeño espejo una y otra vez pintando mis labios de un color rojo que se destaque de mi palidez habitual, me toco las manos y las siento húmedas. Estación terminal marca una voz en off en el subte, es temprano, hoy no te haré esperar. Pasó un año desde la primera vez que te vi, sentado sobre un portal, esperándome en nuestra primera cita, estabas exactamente igual que ahora, con esa elegancia que brinda una buena altura, tus ojos verdes brillaban de la misma forma; creo que tienen un brillo muy peculiar los días nublados. Volví a sentir que todo podía desaparecer en ese mismo instante que no me daría cuenta, volví a creer que mi corazón siempre tuvo razón cuando me decía que todos los caminos conducían a vos, destruí nuevamente el dolor que las palabras causan. Me miraste y me sonreíste, como lo haces cada vez que nos vemos, pero sabes que hoy nadie nos podrá interrumpir, hoy no será otro encuentro que nos pone el destino como prueba, fue nuestra decisión estar hoy aquí. Quería comprobar cuan fuerte me volví desde que me separé de vos, pero solo un abrazo tuyo hizo caer cualquier pared que pude construir, ¿cómo puedo ser tan débil y tirar todo al vacío tan facilmente?. Me invitas a cenar y anticipas que será una gran noche de charlas, y yo asiento nerviosa, ahora no sé de que disfrazarme. Quería llegar a un trato pero me siento volver al principio, quiero correr y que no puedas ver lo que siento, quisiera saber fingir para que no me descubras; pero me traes de vuelta de mis pensamientos para que comencemos a caminar... ¿Cómo será la escena siguiente?

Me decreté en huelga de amor desde el primer día que te conocí, la causa (justa o no) era pasar el resto de mis días junto a vos.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Esta es mi fiesta, este es mi momento. Este es mi lugar que hoy quiero compartir con vos, olvidemonos de todo. Incluso lo que fuimos alguna vez. Hoy quiero volver a empezar.

¡A sacarnos las caretas y a descubrir los sentimientos!